Y el corazón del hombre se hizo añicos...
Hoy es el día del retorno. Por la mañana recorrí una distancia inaudita, que se hizo inmediata cuando pegue la vuelta. Unas sonrisas, mucho sol, agua en los pies, calidez del verano. Cuando mi cuerpo se habituó al salitre, emprendimos el regreso. Asi es como nos arrebatamos en estos días de la mediana edad, entre adaptaciones y desafíos.
enero 15, 2011
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